Valores de un vendedor…
Nuestro cerebro, que pesa tres libras de materia gris, las cuales contienen cien billones de neuronas capaces de guardar más de cien trillones de bites de información, puede ser nuestro mejor aliado con pensamiento positivo de crecimiento, pero también con actitudes mentales negativas puede convertirse en el peor enemigo.
Lo que garantiza el éxito es seguir una idea y concentrar en ella los esfuerzos. Es como el tren y sus cabules, todos tienen que ir en la misma dirección para poder llegar. De esa forma deben estar concentrados nuestros talentos y fuerzas.
Existen múltiples disociadores para desviarnos de la idea, y hay que tener nuestros propios antivirus y barreras de fuego para que los SPAM no nos entren y, al mismo tiempo, una bandeja de entrada para lo nuevo que traerá progreso con su correspondiente satisfacción, sin olvidarnos de reenviar lo positivo en la búsqueda de multiplicación.
El secreto del éxito es no desanimarse, es ser tenaz y perseverante con nuestras acciones para lograr proyectos…
Cuando nos encontramos presos ante la frustración muchas veces abandonamos nuestros proyectos, tus obstáculos no son los ríos ni las montañas ni las demás personas: tu obstáculo eres tú mismo.
Los vendedores deben tener el deseo mental de los grar el éxito sin voltear atrás, sin querer regresar en algún momento, ese deseo de ganar es imprescindible para el éxito. Cuando se desea, en las ventas, alcanzar las metas individuales, las cuales están alineadas a las organizacionales, podemos decir que la victoria es segura.
Ver donde los demás no ven es básico, pensar en ese futuro generando una visión de lo que se quiere es un proceso que puede ser aprendido; para ello debemos retarnos continuamente buscando espacios y tiempos de reflexión y generación. “Siembra una acción y cosecharás un hábito; siembra un hábito y cosecharás un carácter; siembra un carácter y cosecharás un destino”
Las actitudes se asocian al tema de los valores porque expresan los distintos modos de situarse frente a los valores de la realidad y de la vida. Los valores constituyen el núcleo de la actuación humana en cuanto a que son significaciones positivas que se convierten en motivos de elecciones preferenciales, por unos modos de actuación frente a otros, en interés de lograr el cumplimiento de los objetivos sociales.
Por lo que podemos decir que los valores son pautas y guías de nuestra conducta
Ellos guían la actividad humana en todas sus manifestaciones y se convierten en elementos indispensables en la regulación de la conducta de los seres humanos; también constituyen la estructura del pensamiento, y con ellos cada uno de nosotros puede diferenciar lo que está bien y mal.
Un firme sistema de valores ayuda a tomar decisiones sobre la base de los hechos y no de las presiones externas. El comportamiento coherente está impregnado por los valores de la persona, así se evita caer en contradicciones.
Los valores fortalecen el logro de metas específicas. Sin directriz se dispersa la energía y se debilitan la intencionalidad y el alcance. A mayor conciencia, mayor congruencia entre lo que se piensa, lo que se cree, y lo que se siente y lo que se actúa. Este es un proceso que requiere del desarrollo del autoconocimiento y del control personal.