Con miras a sus objetivos, las organizaciones y empresas trazan planes donde detallan las acciones requeridas para cumplir con sus metas. Este proceso de elaboración, puesta en marcha y seguimiento de los planes se conoce como planeación o planificación.
La planeación financiera, busca mantener el equilibrio económico en todos los niveles de la empresa, está presente tanto en el área operativa como en la estratégica. La estructura operativa se desarrolla en función de su implicación con la estrategia.
De acuerdo a la planificación financiera, el área estratégica está formada por la fuerza directiva y mercadotecnia (marketing) y por finanzas.
La mercadotecnia es la encargada de formular las alternativas estratégicas del negocio, mientras que el sector de finanzas cuantifica las estrategias propuestas por la mercadotecnia.
En cambio, la división operativa está formada por sectores como producción, administración, logística y la oficina comercial. Todas estas divisiones se encargan de concretar las políticas del plan estratégico.
La planeación financiera, por lo tanto, se encarga de aportar una estructura acorde a la base del negocio de la empresa, a través de la implementación de una contabilidad analítica y del diseño de los estados financieros.
Gracias a la planeación financiera, los directivos pueden cuantificar las propuestas elaboradas por el área de mercadotecnia y evaluar sus costos.
En otras palabras, la planeación financiera define el rumbo que tiene que seguir una organización para alcanzar sus objetivos estratégicos mediante un accionar armónico de todos sus integrantes y funciones.
Su implantación es importante tanto a nivel interno como para los terceros que necesitan tomar decisiones vinculadas a la empresa tales como la concesión de créditos, y la emisión o suscripción de acciones.
La planificación financiera consiste en:
- Analizar las alternativas de inversión y de financiamiento de que dispone la empresa.
- Proyectar las consecuencias futuras de las decisiones actuales.
- Decidir qué alternativas hay que elegir.
- Medir el rendimiento posterior según los objetivos que impone el plan financiero.
La planificación financiera no propone minimizar el riesgo, sino que se trata de un proceso por el que se decide qué riesgo afrontar y cuales resultan innecesarios o no merece la pena aceptar.
Las empresas deben planificar a corto y largo plazo. La planificación a corto plazo rara vez se proyecta más allá de los 12 meses siguientes. Consiste sobre todo en asegurar que la empresa disponga de tesorería suficiente para pagar sus cuentas y para que el endeudamiento y los préstamos a corto plazo se tomen en condiciones favorables.
La planificación financiera exige un presupuesto de capital a gran escala. Durante el proceso, los planificadores financieros tratan de examinar la inversión según cada línea de actividad, y evitan enredarse en detalles. Pero algunos proyectos tienen magnitud suficiente para producir un profundo efecto por sí mismo.