En los últimos años el término “competencias” se ha posicionado en el ámbito académico y empresarial, particularmente de capacitación, como una inspiración en el diseño de los programas de formación. Algunos pensarán que hasta se ha puesto de moda, pero ¿realmente estamos entendiendo y aplicando la esencia de los modelos de formación por competencias?. Revisemos algunos conceptos y reflexionemos al respecto.
Cuando en México se comenzó a escuchar el término “competencia laboral” muchas personas lo relacionaban con la rivalidad entre dos personas para competir por un puesto de trabajo en el mercado laboral, nada más alejado de la realidad y de la importancia que este término tiene y ha tenido en el mundo, para lograr que las personas mejoren su desempeño laboral y profesional al ser reconocidos sus conocimientos y experiencias, independientemente de la forma en que las adquirieron.
Definamos entonces qué es una competencia: es el conjunto de conocimientos, habilidades, destrezas y comportamientos individuales (actitudes, hábitos y valores) que le permiten a una persona desarrollar eficientemente una actividad productiva. Es decir, una competencia contempla: el saber, el hacer y el ser.
El saber son los conocimientos o saberes teóricos. El hacer son las habilidades y las destrezas, es decir, los saberes prácticos. El ser son las actitudes, los saberes valorativos y éticos. Esta trilogía de aspectos es lo que define que una persona sea competente o no.
¿Cómo se determina si una persona es competente?, la respuesta es relativamente sencilla, a través de un proceso de evaluación que consiste en recopilar evidencias suficientes de que la persona cuenta con el saber, el hacer y el ser. Para ello se tienen que demostrar los conocimientos, las habilidades, las destrezas y las actitudes con las que cuenta. Y los mecanismos con los que se apoya un evaluador para llevar a cabo este proceso se denominan instrumentos de evaluación y son los siguientes: los cuestionarios que permiten evaluar conocimientos, las listas de cotejo que evalúan los productos o resultados del desempeño de la persona en donde se ve reflejada la habilidad o la destreza con la que cuenta y las guías de observación que evalúan el desempeño mismo de la persona. Las actitudes serán evaluadas en los desempeños, ya sea durante o en el resultado del mismo.
En México, contamos desde 1995 con el CONOCER (Consejo Nacional de Normalización y Certificación de Competencias Laborales) institución que regula lo que ahora se conoce como el Sistema Nacional de Competencias, que es definido como un Instrumento del Gobierno Federal que contribuye a la competitividad económica, al desarrollo educativo y al progreso social de México, con base en el fortalecimiento de las competencias de las personas. El CONOCER es la autoridad en la materia y tiene entre sus funciones:
- Integrar los comités de gestión por competencias.
- Desarrollar los estándares de competencia que describen los conocimientos, habilidades, destrezas y actitudes que una persona debe realizar para ser considerada competente.
- Expandir la oferta de formación, evaluación y certificación a nivel nacional.
- Transferir conocimiento.
- Coordinar el registro nacional de estándares de competencia.
- Desarrollar estudios sectoriales.
La certificación de competencias laborales no es una iniciativa solo en nuestro país, es una tendencia mundial, el reconocer lo que personas saben y saben hacer, nuestro modelo tomó como base el modelo inglés, que para 1995 ya tenía 20 años operando, nosotros llevamos 19 años con un modelo propio de certificación, que realmente empezó a operar a finales de 1998, pero debemos sentirnos orgullosos que durante estos años con todo y las dificultades a las que el propio modelo nacional se ha enfrentado, hemos sido capaces de inspirar y transferir la instalación de modelos nacionales de certificación de competencias en Centro y Sudamérica. Somos un modelo relativamente joven pero con mucho potencial de crecimiento que debemos aprovechar.
Este esfuerzo desarrollado en México y apoyado en su momento por el Banco Interamericano de Desarrollo (BID) y el Banco Mundial ha logrado permear en sectores muy importantes de nuestro país, como lo es el turístico, que ha tenido siempre una participación muy activa en todas las actividades relacionados con estos temas de competencias laborales. Sin embargo, el día de hoy se cuenta con un sistema robusto en donde participan más de 80 comités de gestión por competencias que representan a los sectores productivos; se han emitido más de 380 estándares de competencias que representan funciones productivas y se cuenta con más de 130 entidades de certificación y evaluación con sus respectivas estructuras de organismos de certificación y centros de evaluación.
Para detonar una mayor demanda la Secretaría del Trabajo y Previsión Social a través del Programa de Apoyo a la Productividad y del componente “IV. Estímulos a la demanda”, otorga apoyos para promover las acciones de evaluación y certificación, subsidiando una parte del costo del proceso de evaluación y de la emisión del certificado de competencia laboral a los trabajadores que así lo soliciten, ya sea por medio de la empresa en la que laboran o de manera independiente. Este tipo de apoyos busca incentivar los procesos de evaluación y certificación, logrando así que cada vez más personas obtengan un certificado de competencia laboral y que el mercado lo reconozca como un mecanismo que garantice un desempeño eficiente y de calidad por parte de la persona que lo porta.
Desde 2006 a la fecha se han emitido más de 400 mil certificados de competencia laboral, según las cifras oficiales del CONOCER, que si bien podrían parecer muchos, en un país con más de 120 millones de habitantes no es nada, tenemos un largo camino que recorrer y la base de ello es la sensibilización y la concientización de todos los actores: el sector empresarial, el sector educativo, los trabajadores y el gobierno, es un esfuerzo conjunto, no lo puede lograr solo un actor. Vamos por el camino correcto, hay que recorrerlo con entusiasmo y todos hacia una misma dirección para lograr juntos los resultados que tanto necesitamos como nación, todo sea por un México competente.