Una vez que hayamos elegido la idea de negocio y la hayamos analizado, el siguiente paso será diseñar la estrategia empresarial. Se trata de definir el negocio y la estrategia empresarial a seguir, realizando todo esto en un documento llamado el plan de empresa.
El Plan de Empresa es un instrumento en el que se desarrollan cada una de las áreas que determinan la actividad empresarial. Este documento requiere de todo un proceso de planificación y análisis para detectar la viabilidad de la idea de negocio.
Se debe tener en cuenta que el Plan de Empresa es un documento dinámico, es modificable en el tiempo, ya que la empresa está inmersa en un entorno cambiante y afectado por variables ajenas, o incluso desconocidas en un momento dado.
Esto hace que las previsiones realizadas tengan un alcance limitado, lo que supone que el Plan de Empresa es un documento que el emprendedor debe actualizar siempre que se produzcan desviaciones significativas.
La valoración global del proyecto es el análisis DAFO, donde nos ayuda a evaluar las debilidades, las amenazas,las fortalezas y las oportunidades con las que contamos o que potencialmente pueden presentarse.
Si conocemos nuestras potencialidades y oportunidades sabremos explotarlas mejor, de igual forma, si detectamos los problemas y actuamos de forma preventiva, estaremos en posición de evitar que se produzcan situaciones poco recomendables para nuestro negocio.
Al final, deberás tener claras las siguientes preguntas: ¿qué, quiénes, por qué, cómo, cuándo, cuánto y dónde?
En este punto sería recomendable para el emprendedor realizar algún curso específico sobre creación de empresas, o valerse de guías que detallan más cada uno de los pasos a seguir.
Como resumen de la utilidad de un plan de empresa, podemos decir que para que un plan de empresa sea completo tiene que responder a las siguientes cuestiones:
Factibilidad técnica. ¿Puede hacerse?
Las ideas por sí mismas no siempre son suficientes para establecer una empresa. Hay que estudiar si se dispone de los medios necesarios para la realización de las mismas o, en su caso, de que no se tengan, analizar la forma de conseguirlos.
Factibilidad económica. ¿Dará los resultados esperados?
Una vez que estemos seguros que producto/ servicio se puede llevar a cabo, hay que hacer un estudio de la rentabilidad del mismo. Por ejemplo, en un sector en el que existe guerra de precios si se entra en el mercado a un precio muy alto no venderemos el producto, y si el precio es demasiado bajo a lo mejor no obtenemos los beneficios suficientes para que la empresa sea rentable.
Factibilidad financiera. ¿Existen los recursos necesarios?
Llegado a este punto hay que calcular la inversión que necesitaremos, si disponemos de ella o si se requiere financiación externa. En este caso habrá que determinar la forma de conseguirla para poder desarrollar el proyecto.
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Jorge Luis Adrián
Contador General |Domustik