Es importante especificar los objetivos, que representan los fines hacia donde se encamina la innovación y que deben estar alineados con la estrategia y metas del negocio; de modo tal que el proceso de la innovación se vaya cumpliendo paralelamente con el propósito de la empresa.
En esta fase tomamos la visión de la innovación y la desgranamos en objetivos específicos, los cuales reflejan los resultados que el programa de innovación desea alcanzar, y que al mismo tiempo justifican las actividades de innovación.
Algunos ejemplos de objetivos de la innovación pueden ser los siguientes:
- Implementar una plataforma de desarrollo de nuevos productos y negocios que permita a la empresa crecer a doble dígito; y obtener ingresos por $10 millones provenientes de nuevos productos para el año 2019.
- Obtener ahorros de costos por innovaciones en procesos por $500 mil anuales.
- Fortalecer y mantener una cultura de innovación en donde todo el personal la haga parte de su trabajo diario; y crear un espacio y estructura para desarrollar el potencial de todas las personas para crear e innovar.
- Generar esquemas de reconocimiento para las personas que innoven.
- Definir indicadores para medir y mejorar los resultados de la innovación.
Crear un proceso para capturar y evaluar ideas en todas las áreas de la empresa.
A continuación de te hago tres preguntas para que las contestes sinceramente:
¿Cuáles son los objetivos de la innovación de su empresa?
¿Los conocen todos los colaboradores?
¿Cuáles son las metas concretas que espera alcanzar en su empresa como resultado de los esfuerzos de innovación?
Si contestas positivamente a estas preguntas o tienes bien trazado el camino que debe de seguir tu negocio; no debes preocuparte por los resultados ya que seguramente serán positivos.
Hemos insistido que la estrategia de innovación tiene que ir de la mano con la estrategia de la empresa. Cuando esto no sucede, generalmente surgen problemas serios a la hora de innovar, ya que los esfuerzos de innovación se desvían del propósito del negocio.
Por lo tanto, una estrategia de innovación responde a la pregunta de dónde va a enfocar la empresa sus esfuerzos de innovación. Cuando una empresa tiene varias unidades de negocio, es necesario definir las necesidades de la innovación para cada una de ellas.
De acuerdo con fuentes especializadas (Bansi Nagji y Geoff Tuff, “Balancing your Innovation Portfolio”. Harvard Business Review. Mayo 2012.); un portafolio de innovación balanceado buscará concentrar un 70% de los recursos en innovaciones incrementales; un 20% en innovaciones radicales y un 10% en innovaciones transformacionales.
Algunas empresas con las que hemos trabajado en el sector de software y tecnología, por ejemplo; en donde el nivel de cambio y la necesidad de innovación son mayores, le han apostado a portafolios que son 45% innovación incremental; 40% innovación radical y 15% innovación transformacional.
Como vemos, el balance de portafolio dependerá de la industria en la que su empresa se encuentre y del nivel de intensidad de innovación que tengan la competencia.
Recordemos que:
Innovación incremental: Mejoras a los productos y servicios actuales de la empresa, hacia los mercados y clientes actuales, con las capacidades actuales. Es decir, innovaciones en el “core business” de la empresa. Por ejemplo, una extensión de línea, una mejora en el sabor de un producto alimenticio, o hacer el empaque de un producto más amigable con el medio ambiente.
Innovación radical: Innovaciones en mercados adyacentes de la empresa, fuera del “core business” que buscan nuevos clientes y/o requieren nuevas capacidades. Por ejemplo, ofrecerle algo a un segmento de mercado que la empresa nunca había considerado.
Innovación transformacional: Innovaciones que crean nuevos mercados o nuevas categorías para la empresa. Por ejemplo, una empresa que vende café justo en la entrada de las tiendas de suvenires en un aeropuerto.