Para el desarrollo de su ciclo de maduración, una empresa debe hacer frente a determinadas necesidades financieras como consecuencia de la adquisición y consumo de determinados bienes y servicios.
Estas necesidades pueden clasificarse en dos categorías:
Necesidades financieras cíclicas
Son aquellas cuya existencia está directamente ligada al período medio de maduración, renovándose al ritmo de éste. Desde otro punto de vista, estas necesidades surgen como consecuencia de tener que emplear unos recursos en cada uno de los ciclos de maduración, porque en cada uno de ellos se consumen o transforman.
Los gastos (que darán lugar a unos desembolsos) que se van incorporando al ciclo de maduración son los siguientes:
- Adquisición de materias primas y auxiliares.
- Gastos de almacenamiento de estas materias.
- Gastos propios del proceso de fabricación hasta la obtención del producto acabado.
- Gastos de almacenamiento del producto acabado.
El reflejo contable de estas necesidades cíclicas lo tenemos en las siguientes partidas del activo circulante:
- Existencias: Materias Primas y Auxiliares, Productos en curso de fabricación, Productos Terminados
- Cuentas a cobrar a clientes.
Necesidades financieras acíclicas
Son aquellas que están ligadas a los bienes que permanecen en la empresa durante varios ciclos de maduración posibilitando directamente su desarrollo (edificios, maquinaria, mobiliario, etc.), o bien, relacionándose con el ciclo de vida de la empresa (por ejemplo, adquisición de participaciones en otras empresas de cara a una expansión o diversificación).
Estas necesidades quedan reflejadas en el activo fijo. Para hacer frente a estas necesidades las empresas disponen de una amplia variedad de recursos financieros. Estos recursos los clasificaremos en tres categorías:
- Recursos cíclicos: Son aquellos cuya existencia está directamente ligada al ciclo de maduración y que se renuevan al ritmo de éste. Precisamente por este carácter reciben, también, el nombre de recursos espontáneos porque el volumen de financiación se obtiene automáticamente adaptándose a las variaciones de la actividad de la explotación.
En general, estos recursos provienen del aplazamiento de la obligación de pago que es consecuencia de la adquisición de materiales y servicios a los proveedores, de los gastos aplazados y de las deudas fiscales.
Otro recurso cíclico importante, pero de naturaleza diferente, es el descuento comercial, aunque es posible que este recurso no se amplíe al mismo ritmo que el nivel de actividad.
- Recursos acíclicos: Son aquellos que en el análisis financiero reciben el nombre de capitales permanentes. Es decir, los capitales propios y el exigible a medio y largo plazo.
- Recursos de tesorería: Son las fuentes de financiación adicionales a las que una empresa puede acudir y que no están incluidas en las dos categorías anteriores. Tenemos aquí, principalmente, los créditos bancarios a corto plazo y los aplazamientos de pago excepcionales.