En las organizaciones muchas veces las áreas o departamentos prestan servicios al cliente, interno también, que pueden ser otras áreas.
Para mejorar ese servicio interno es importante también saber detectar el estado de ánimo del área “cliente”, cuando somos oferta para alguien en algún sentido porque ofrecemos un producto o servicio para otra área también, como personas, somos una oferta emocional en primera instancia.
La magia del vendedor puede ser capaz de estimular esa transformación en el cliente y conectarlo con mejores expectativas, con algo que siente, con algo que lo transforma pero que no sabe explicar por qué.
Cada persona puede ser una buena oferta emocional para su “cliente”, antes que cualquier otra oferta, conectándose con él o ella, comprendiendo a la persona desde su punto de vista emocional y en parte sintiendo lo que su cliente siente, para que, a partir de ahí, poder invitarle a una transformación, a un cambio, a una sanación.
La primera ayuda que podemos brindar a nuestros semejantes no es solamente un producto o servicio sino nuestra persona, nosotros mismos y en ese sentido podemos ser una gran oferta, en el ámbito emocional a través de nuestra capacidad de escucha y conexión.
Es muy atractivo para un cliente sentirse bien con su presencia, eso es hacer sentir bien a las personas y para ello existen muchas técnicas y libros al respecto y algunas recomendaciones importantes como por ej. no juzgar, no criticar, comprender y conectarse, etc.
Sentir lo que el otro siente y romper así su soledad, hacer un esfuerzo para abrirse a su punto de vista y establecer un canal de entendimiento desde donde se pueda establecer un vínculo que permita conversar sobre la realidad, la situación en la se encuentra su cliente y desde ahí invitarlo a una sanación que consiste en superar el estado de ánimo negativo.
Usted puede ser una oferta emocional en dos sentidos; una oferta de paz, de tranquilidad y también una oferta de esperanza, de ilusión, de futuro, una posibilidad.
Toda relación es una posibilidad y usted como oferta emocional puede ser una invitación a la tranquilidad y a la prosperidad en cuanto a los estados de ánimo de paz y de motivación o ganas de vivir.
De hecho, muchas veces las ventas de cualquier producto o servicio suceden porque la venta es, en primera instancia, al estado emocional del vendedor y su efecto en el comprador.
Simplemente se siente bien al conversar con usted, se siente importante, valorado como persona, escuchado y aprende o mejor dicho se enriquece con usted en esa interacción.
Las ventas en muchas ocasiones del producto o servicio es lo menos importante y lo más importante es esa conexión, aunque no siempre es así lógicamente, pero juega un papel crítico y esencial sobretodo en productos y servicios muy relacionados con la persona tales como asistencia médica, coaching, educación personalizada y en general cualquier producto o servicio que implique la proximidad de una persona prestadora de servicio porque…
¿a quién le apetece recibir un servicio de alguien que no soportas o que te transmite una mala vibra o que transmite desconfianza?.
Siempre que constituimos una oferta para alguien o algo, siempre somos oferta emocional primero, por eso es importante saber dos cosas:
- Saber en qué estado emocional nos encontramos nosotros.
- Saber en qué estado emocional se encuentra esa persona a las que queremos servir en nuestra organización.
Esto es tan poderoso que sabemos en la práctica que cuando no nos sentimos bien desde el punto de vista emocional es mejor que ni siquiera salgamos a intentar ofrecer nada porque la experiencia nos dice que si nos sentimos mal es muy difícil conectar, muy difícil ofrecer un servicio de calidad que logre esa venta u objetivo ya que las ventas y las emociones están esencialmente ligadas.
Es importante estar sanos emocionalmente y por eso, ser un buen prestador de servicios es asumir también esa responsabilidad de sanarse a sí mismo.