El primer paso hacia la sanación de una organización con estrés es reconocer que el problema existe y no es realmente difícil diagnosticarlo.
Uno de los obstáculos más comunes es creer que es necesario actuar de forma estresante para ser competitivos ya que el entorno socioeconómico así lo exige pero esto es una falacia ya que la alternativa no es bajar la productividad sino al contrario aumentarla o sostenerla sin tanto desgaste.
Una organización puede disminuir sus índices de estrés y eso le ocasionará grandes beneficios a mediano y largo plazo sin que se impacte su productividad.
Lógicamente todo cambio cultural siempre es una cierta crisis y habrá que realizar ajustes para sostener un nuevo modelo de orden, finalmente lo que está en juego aquí no es solamente el bienestar individual de los miembros de la organización sino el éxito de la organización en el mediano y largo plazo.
Las personas contentas y motivadas son más productivas y no se quieren ir. La sanación de una organización ante este tipo de asuntos es un proceso lento sobre todo cuando la forma de actuar está inculturada en los hábitos desde hace muchos años y existe una inercia operativa.
El problema se puede abordar desde varios ángulos pero es importante que la dirección sustente las acciones para establecer un cambio cultural en la organización.
No se puede cambiar la cultura de una organización si los responsables de la misma no apoyan ese cambio y también lo ejemplifican. Las organizaciones no se encuentran normalmente en un estado absoluto de enfermedad o de sanidad sino que más bien es una cuestión de grados.
Todas las organizaciones sufren de estrés pero lo que cambia es el grado y como lo manejan. Tomar medidas o no hacer nada es la primera decisión del área directiva.
¿Cómo sanar el estrés en una organización?
Las causas son complejas y habrá que abordar el problema desde varios aspectos. Una persona con estrés puede tratárselo simplemente tomando un tranquilizante pero una organización necesita mucho más que eso, por lo que abordar este problema requerirá combinar varias medidas;
- Elaborar una planeación estratégica que establezca prioridades y orden en la gestión interna de la organización evitando así el síndrome apagafuegos y la urgencia. Una planeación mejorará la gestión del tiempo, el manejo de la incertidumbre, la coordinación de acciones y el liderazgo directivo.
- Programas de coaching para directivos y puestos clave de la organización con el objetivo de disminuir el estrés operativo y mejorar la salud laboral del directivo en cuanto a sus hábitos y costumbres.
- Establecer los objetivos de la organización en consenso para que los miembros de la misma se sientan parte de las decisiones importantes, integrando así la mayor parte de la organización a través de la representación de sus líderes.
- Trabajar sobre la conciliación de las áreas y la comunicación personal; trabajo en equipo, reconocimiento del esfuerzo, premiación, comunicación interna, clarificación de procesos, etc.
- Jornadas de convivencia, programar actividades de tiempo libre que integren la familia, que permitan una comunicación más allá de lo laboral en un entorno más relajado sin tensión y donde pueda fluir algo más que el compañerismo; la amistad.
- Abordar el tema del estrés de forma directa con la organización e intentar estimular un cambio cultural en los hábitos instalados. Poner sobre la mesa la problemática y ayudarse todos a evitar que el estrés los devore estando conscientes y atentos de cuando se presenta y en qué condiciones.