Emprender es una palabra que seguramente te resulta familiar en estos días, el actual Gobierno de la República que inició sus funciones el pasado 1 de diciembre de 2012 ha enfatizado una buena parte de su política pública de apoyo a las micro, pequeñas y medianas empresas del país a través de la creación del Instituto Nacional del Emprendedor (INADEM).
>Dicho Instituto sustituyó a lo que antes se llamaba la Subsecretaría para la Pequeña y Mediana Empresa, creada en el año 2000 en el sexenio del entonces Presidente de la República Vicente Fox y que se constituyó como un pilar del desarrollo económico de México a través del Fondo PyME hasta finales del año pasado, cuando se dio la transformación y reestructura de la Secretaría de Economía.
Es interesante descubrir que han pasado casi 40 años desde que los términos Emprender y Emprendedores llegaron a México a través de un organismo privado sin fines de lucro llamado en ese entonces, Desarrollo Empresarial Mexicano DESEM (ahora IMPULSA) y cuyos fundadores fueron El Sr. William G. Slocum, Presidente de General Motors México, en compañía de los señores John M. Bruton, Al R. Wichtrich y John C. Langley, que decidieron traer al país, vía la American Chamber (AmCham), una franquicia que adquirieron de “Junior Achievement”, en Estados Unidos.
Desde entonces, esta organización ha trabajado sin descanso para llevar a la comunidad mexicana una verdadera cultura para desarrollar el espíritu emprendedor a través de distintos mecanismos y programas que al paso de estos años ha logrado de manera real ser un detonante para que muchos jóvenes de este país hayan decidido en su momento tomar la decisión de emprender un negocio por su cuenta.
Con el paso del tiempo distintas Universidades públicas y privadas del país adoptaron el modelo del Programa Jóvenes Emprendedores y lo fueron adaptando a las necesidades de sus propias comunidades estudiantiles y a las distintas regiones geográficas en las que cada universidad tiene influencia, logrando con esto difundir de manera masiva el tema de la cultura emprendedora.
Hoy en día, más allá de los programas de emprendedores, también existen y operan las Incubadoras de Empresas que se encuentran instaladas en Universidades, Cámaras y Asociaciones Empresariales, Fundaciones y hasta en Municipios y Delegaciones de la Ciudad de México que pretenden ser un apoyo para los ciudadanos que buscan y necesitan algún tipo de asesoría para poner en blanco y negro la idea de negocio que tengan en mente, ayudarlos a elaborar su plan de negocios y acompañarlos en la puesta en marcha de su proyecto.
En este número deseamos reconocer la labor de todos aquellos emprendedores-empresarios que desde hace mucho tiempo trabajan en construir un México mejor, más próspero y con mejores oportunidades de vida no solo para ellos mismos por medio de la creación de empresas y nuevos negocios, sino para muchas familias que, a través de la generación de empleos contribuyen al bienestar económico de miles de mexicanos.
Es indudable que hoy en día existen cientos de espacios en distintos medios de comunicación (radio, televisión, revistas e internet) dedicados a la difusión de la cultura del emprendimiento, sin embargo, una realidad que no podemos ignorar es el hecho de que todavía no se ha logrado como sociedad alcanzar un nivel de madurez que nos permita ser conscientes de la importancia y la trascendencia de lo que significa convertirnos en emprendedores-empresarios creadores de negocios y de nuevas empresas.
Hacer empresa no se trata simplemente de querer volverse rico o de tener un gran imperio que nos permita obtener todos los bienes materiales que siempre soñamos o deseamos tener. Hacer empresa es una forma de vida, se trata de poder generar las condiciones adecuadas para lograr nuestros propios objetivos de bienestar pero sobre todo de crecimiento familiar y de satisfacción personal. Emprender significa dar lo mejor que tenemos como personas para construir un futuro compartido con la familia y con la sociedad.
Se tiene la creencia de que para emprender y poner en marcha un proyecto propio, existen muchas dificultades que impiden que los emprendedores den el siguiente paso, algunas de ellas son:
- Que para poner en marcha un negocio propio se necesita mucho dinero.
- Que un emprendedor debe ser joven de edad.
- Que ser empresario es sinónimo de millonario.
- Que se necesita nacer en una familia de empresarios para ser emprendedor.
- Que un emprendedor necesita dar con el negocio de su vida en el primer intento, cosa que no es cierta, un emprendedor intenta muchos negocios antes de encontrar el negocio de su vida.
Ahora, vale la pena plantearse las siguientes preguntas: Si emprender es una manera de construir, de fortalecer a la sociedad con la generación de empleos y a los empresarios emprendedores en la generación de riqueza; si en México, hoy en día, existe una política pública de apoyo a los emprendedores, ¿Por qué no se ha generado el impacto necesario entre la población que permita generar un número mayor de proyectos productivos que concluyan con la creación de nuevas empresas? ¿Por qué en un país de más de 118 millones de habitantes, según el último censo económico, existen solamente 5 millones 144 mil unidades económicas? ¿Qué nos está faltando?
Lo que nos esta faltando es aprender a enfrentar los “fantasmas” de nuestros miedos y seguramente muchos se preguntarán: Miedos! Cuáles miedos!!, la respuesta está en algunos de los siguientes:
- El miedo a la crítica.
¿Cuántas veces hemos dejado de realizar algún tipo de proyecto personal por no enfrentarnos a las críticas de las personas que nos rodean?. Desafortunadamente, muchas veces los emprendedores dejan de poner en marchas sus sueños y sus anhelos porque generalmente los familiares y amigos más allegados a ellos son los primeros que ponen barreras psicológicas para frenar esa decisión de independizarse y trabajar por cuenta propia con la intención de construir un patrimonio y tener libertad e independencia laboral; esto se debe a que la visión externa de familiares y amigos difiere con respecto a la del emprendedor y por lo tanto a través de la crítica sus allegados cercanos y no tan cercanos expresan sus propios temores y frustraciones.
- El miedo a equivocarse.
Dicen que a nadie le gusta equivocarse, y esta frase encierra mucho de verdad a la hora de emprender. Es innegable que a nadie le gusta equivocarse, sin embargo, es un hecho real que para poner en marcha un proyecto, independientemente de la naturaleza y características que este tenga, siempre lleva un riesgo inherente de fracaso a la propia naturaleza del proyecto mismo.
Los verdaderos emprendedores son individuos que logran superar este miedo al fracaso e incluso están dispuestos a aprender de sus errores con la firme convicción de obtener los resultados esperados.
- El miedo al éxito!!!
Esta frase suele ser controversial a la hora de mencionarla, ¿Cómo el éxito puede ser un miedo para alguien?. Aunque parezca modo de mentira, al paso del tiempo se ha descubierto que las personas “comunes y corrientes” le temen al éxito, la pregunta es ¿por qué?; la respuesta es relativamente simple… porque las personas le temen al compromiso que significa tener éxito. Generalmente el éxito trae como consecuencia convertirse en un “ejemplo a seguir” en ser ese “alguien” al que muchos aspiramos ser, es una cuestión de percepción humana pero sobre todo de compromiso, compromiso a ser constantes, a ser honestos, a ser ciudadanos que predican con el ejemplo, a creer en lo que hacemos y en lo que nos convertimos frente a los demás.
Una realidad es que los emprendedores han existido siempre, solo que antes no se reconocían como tales y aquella persona con iniciativa, con elevada autoestima, dispuesta a correr riesgos, líder, autodisciplinada, automotivada que decidía poner un marcha su idea de negocio, mucha gente la veía como “suertuda” o como “loca”, pero no es así, en realidad, era un emprendedor, alguien dispuesto a hacer realidad sus sueños y de esforzarse hasta alcanzar sus más grandes anhelos. Ser emprendedor tiene mucho de romanticismo, mucho de cumplir con una misión de vida.
En la actualidad, esta decisión es más consciente, pero no menos importante, afortunadamente, cada día más personas deciden iniciar un negocio propio, pero no es suficiente, hace falta más!!!. Necesitamos que más mexicanos rompan sus paradigmas y tomen las riendas de su destino emprendedor y decidan pasar de tener una “idea de negocio” a tener “una empresa”, eso es lo que México necesita más y mejores empresas. Las condiciones si bien es cierto están dadas, hay información, hay formación, hay política pública, falta la decisión de más y mejores emprendedores.
“Es tiempo de emprender”, es tiempo de dejar atrás los pensamientos que nos impiden hacer lo que realmente soñamos, es tiempo de dar a nuestro México mejores condiciones de empleo, de autoempleo y de vida, es tiempo de que el mercado tenga más opciones innovadoras de bienes y servicios que satisfagan sus necesidades, es tiempo de que los mexicanos nos asumamos como emprendedores, sin miedo y con toda la voluntad de enfrentar los obstáculos que seguramente tendremos que enfrentar, porque como decía un antiguo comercial de televisión cuya frase se hizo famosa en la década de los 80’s, “Si las cosas que valen la pena se hicieran fácilmente…cualquiera las haría”. Los mexicanos no somos cualquiera, somos una raza única, fuerte y guerrera, ha llegado el momento de enaltecer nuestro espíritu emprendedor y construir juntos el México que soñamos!!!.