El capital de trabajo se refiere a la inversión que una empresa tiene en bienes y derechos representados por efectivo, cuentas por cobrar e inventario de mercancías.
El capital neto de trabajo es la diferencia entre el activo circulante menos el pasivo circulante, o sea las deudas que vencen a corto plazo. La administración del capital de trabajo se refiere al manejo, tanto de los activos circulantes como de los pasivos circulantes, también denominados pasivos a corto plazo.
Existen varios indicadores que muestran la importancia que se le atribuye a la administración del capital de trabajo.
Tiempo que se le dedica
La mayoría de las investigaciones realizadas al respecto, indican que los administradores financieros dedican la mayor parte de su tiempo a las operaciones de día a día de la empresa, o sea, a la administración de activos y pasivos circulantes.
Inversión en activos circulantes
Los estados financieros de la mayoría de las empresas reflejan que más de la mitad del valor del activo total, corresponde a la inversión en el activo circulante (efectivo, cuentas por cobrar e inventarios). Esto es particularmente válido en las micro y pequeñas empresas, ya que, como sus recursos son más limitados, prefieren rentar la planta y equipo, lo cual forma parte del activo fijo. Esta opción de renta no la pueden aplicar a los valores de activo circulante.
Por otra parte, dado que las micro y pequeñas empresas tienen un acceso limitado a las fuentes de financiamiento a largo plazo, se ven obligadas a financiarse con créditos comerciales y con préstamos bancarios a corto plazo. Esto afecta al capital neto de trabajo aumentando las deudas a corto plazo.
Existe una relación entre el crecimiento en ventas y los activos circulantes, por ejemplo, si el período promedio de cuentas por cobrar de una empresa es de 40 días y si sus ventas a crédito son de $ 1,000.00 diarios, tendrá una inversión de $ 40,000.00 en cuentas por cobrar, si las ventas aumentaran a $ 2,000.00 diarios, la inversión en cuentas por cobrar aumentaría a $80,000.00. Los aumentos en ventas producen necesidades inmediatas en el inventario de mercancías y tal vez, también se requiera más dinero en efectivo.
El ejemplo descrito anteriormente, muestra que la relación entre el crecimiento en ventas y la necesidad de mayor inversión en activos circulantes, es una relación estrecha y directa.
«La tenencia de los activos circulantes debe extenderse hasta el punto en que los rendimientos marginales en dichos activos sean iguales al costo del capital requerido para financiar esos incrementos; mientras que las deudas a corto plazo deben usarse en lugar de las deudas a largo plazo siempre y cuando su utilización represente un costo menor al costo promedio de capital»
J. Fred Weston y Eugene F. Brigham
La primera parte de la regla expresada anteriormente se puede ejemplificar de la siguiente manera:
Una empresa tiene oportunidad de vender un 30% más, en relación a sus ventas mensuales actuales, pero para ello requiere aumentar su cartera de clientes y tener un mayor inventario. Suponiendo que para cubrir ese aumento de inversión en sus activos circulantes tuviera que solicitar un crédito bancario, debe asegurarse que el costo de dicho crédito sea cuando mucho igual al monto de la utilidad adicional que va a obtener por el 30% adicional de ventas.
Por lo que se refiere a la segunda parte de la regla citada, al momento de aplicarse intervienen otros factores que se deben tomar en cuenta para decidir entre contratar deuda a corto plazo y deuda a largo plazo. Los principales factores son:
- Flexibilidad. Los créditos a corto plazo son más flexibles
- Diferencias en tasas de interés. Pueden ser fijas o variables.
- Diferencias entre riesgos de créditos a largo plazo y créditos a corto plazo. Se considera que hay más riesgo a corto plazo.
Situación de las micro y pequeñas empresas
De acuerdo a las empresas que he tenido oportunidad de conocer de cerca, son muy pocos los empresarios que llevan a cabo una administración racional del capital de trabajo.
Es común encontrar empresas con serios problemas de liquidez debido a que el empresario solicitó créditos bancarios y utilizó los recursos en compra de vehículos para uso personal o en gastos personales, y posteriormente quiere que el negocio absorba la carga financiera de esos créditos.
La mala administración de los recursos financieros es una de las principales causas por las cuales las empresas fracasan. De hecho, las estadísticas indican que más del 50% de las microempresas desaparecen a los dos años de haberse iniciado, y son muy pocas las empresas que permanecen después de los cinco años.
Afortunadamente las crisis económicas no solo ocasionan desastres, también traen consigo oportunidades, ya que, cuando menos quedará un aprendizaje de los errores cometidos.
Es curioso, por ejemplo, que después de la crisis de 1995, por la devaluación del peso, la mayoría de las empresas que sobrevivieron y las que iniciaron operaciones durante este tiempo, han tenido que financiarse con recursos propios, ya que los bancos cerraron los créditos.
A pesar de la crisis, o quizá como consecuencia de ella, según los indicadores de la macroeconomía, se ha logrado un crecimiento económico aceptable, y tal parece que una buena parte de los empresarios han tomado conciencia de lo importante que es administrar profesionalmente los negocios, y que si no tienen los elementos a su alcance, pueden recurrir a la ayuda de consultores especializados, como son los contadores públicos certificados que pertenecen a los colegios de contadores, así como a el Instituto de Contadores Públicos del Noroeste, A.C. y al Instituto Mexicano de Contadores Públicos, A.C.
Saludos.
Raúl.